Picasso y la alegría de vivir

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Picasso y la alegría de vivir

Hasta el 31 de marzo, la Fundación Bancaja de Valencia acoge la exposición “Picasso y la alegría de vivir”, comisariada por Javier Molins, en la que se muestra la actitud ante la vida y el arte del pintor malagueño, que bien puede resumirse en su propia frase “todas las cosas que hago con relación al arte me dan una gran alegría”.

Célebres son muchas de las frases que Picasso nos ha dejado, y no precisamente por ser un buen escritor, ya que como él mismo decía “les autres parlent, Moi, je travaille”. Sin embargo contamos con numerosas entrevistas y testimonios de amigos y conocidos, como es el caso de su compañera Françoise Gilot, quien escribió en 1964 junto con Carlton Lake “Life with Picasso”, fuente de citas del artista. En este libro Gilot muestra las luces y sombras del artista durante los diez años que convivió con él con frases como la que reza “yo pinto exactamente igual como otras personas escriben su autobiografía. Los cuadros, terminados o no, son las páginas de mi diario”.

En otro pasaje del libro, Picasso se compara con Braque, artista con el que creó el cubismo y que considera que es un afortunado porque puede aislarse de todo para dedicarse únicamente a sus creaciones a diferencia de él mismo quien considera que “yo necesito a otros, no solamente porque me traigan algo sino porque soy víctima de esa incansable curiosidad que ha de satisfacerse con sus visitas”, sociabilidad que se deja ver en diversos aspectos de la exposición como por el ejemplo las pinturas y referencias al circo, del que era ferviente espectador.

Otra de sus constantes eran los toros. Picasso definía un domingo perfecto como misa por la mañana, corridas de toros por la tarde y casa de prostitución por la noche, aunque reconocía que él podía pasar sin la primera y la tercera, pero no sin uno de sus mayores goces: las corridas de todos. Su vinculación al mundo de los toros nace desde muy niño por influencia de su padre y de hecho, constituye el motivo de su primer cuadro “Picador”, realizado con tan solo 9 años. Posteriormente trasladaría esas características de fuerza y virilidad a la figura del minotauro, quien en lugar de embestir al torero lo hace a la mujer en una serie de cuadros con gran carga sexual.

La música y especialmente la danza, también forman parte de la filosofía de vida del artista que ya desde muy joven mostró interés en el mundo de los cafés cantantes y los cabarés, retratando a varias bailaoras en 1899, pero fue a partir de 1917 cuando se adentró en el mundo de la danza de la mano de Serge Diaghilev, realizando decorados y vestuarios de diversas obras como “Parade”. Picasso contrae matrimonio con una bailarina, Olga Khokhlova, aunque su relación terminó muy mal y en la decadencia de su matrimonio, Olga le enviaba tarjetas postales con imágenes de Rembrandt, referente de Picasso, diciéndole que “si tú fueras como él, serías un gran artista”.

Los talleres de Picasso también constituyen prueba de su gusto por la vida. La villa de La Californie, Cannes, representa una de las épocas más felices de su vida y fue allí donde creó las 44 versiones de Las Meninas de Velázquez, entre otras muchas obras. Sin embargo, el asedio de los periodistas y curiosos, hizo que se trasladara a Notre-Dame-da-Vie, donde el artista pasó la última etapa de su vida y creó algunas de sus series más conocidas como la de del pintor y la modelo.

En resumen y utilizando las propias palabras del artista, “yo pongo en un cuadro todo lo que amo”

Fuente: El País.



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