Motivos (gastronómicos) por los que siempre volveremos a la Comunitat Valenciana

Motivos (gastronómicos) por los que siempre volveremos a la Comunitat Valenciana

Parecen evidentes, pero no está de más recordar por qué es una región clave en el mapa culinario nacional.

Nadie puede negar que en cualquier rincón de España se nos da muy bien comer… y hablar de comida en cualquier momento del día, incluso cuando estamos comiendo. En esta ocasión, aterrizamos en la Comunitat Valenciana. Por eso, aprovechando la campaña “Comunitat Valenciana: tu destino gastronómico seguro”, promovida por la Confederación empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunitat Valenciana (CONHOSTUR), Turisme Comunitat Valenciana y L’Exquisit Mediterrani, que cuenta con embajadores de lujo (los chefs Susi Díaz, Kiko Moya, Begoña Rodrigo, Luis Valls, Raúl Resino, Gemma Gimeno y Cuchita Lluch, presidenta del congreso gastronómico de la Comunitat Valenciana, Mediterránea Gastrónoma) hemos querido hacer una lista con la que salivar… y que nos haga soñar con el próximo viaje.

Aquí van algunas de nuestras razones, por las que volveremos más pronto que tarde, para comernos la Comunitat Valenciana:

POR LA ETERNA PAELLA

Dónde si no es allí. Porque ¿quién no está pensando, horas antes de llegar a cualquier punto del levante mediterráneo, en la que se comerá en cuanto llegue a destino? Y casi siempre lleva el apellido de valenciana, aunque en cualquier lugar del mundo se empeñen en versionarla, pero los arroces alicantinos y ese “arrocito de Castelló” que cantaba Manolo García también merecen una mención en este podio de honor.

POR EL ESMORZARET

Porque allí está bien visto almorzar a cualquier hora, entre las 9 de la mañana y el mediodía. Qué placer. Bocadillo mediante, por supuesto. De panceta y coliflor, de carne de caballo, de chipirones en su tinta o de tortilla con embutido. Para localizar los mejores, ya hay hasta un mapa o una cuenta de Instagram dedicada a este ritual. Ojo: no pueden faltar las olivas y los omnipresentes cacahuetes (cacaus del collaret). Y cualquier esmorzaret que se precie termina con un cremaet (un café tricolor que lleva ron, limón, azúcar y, a veces, también canela). Bon profit!

POR ESOS RESTAURANTES QUE APARECEN (O AÚN NO) EN LAS GUÍAS PERO DE LOS QUE ALLÍ YA TODO EL MUNDO HABLA

Apunta Tula, en Jávea; y Lienzo, Farcit, Fierro o La Sastrería, en Valencia.

Que no falte una auténtica paella valenciana

PORQUE ALLÍ SE HABLA, CADA VEZ MÁS, DEL PRODUCTOR

Nos gustan iniciativas como Cuina de Territori, del mercado gastronómico y cultural de Denia, Els Magazinos, que lo reivindican y nos enseñan a apreciar la cadena desde el inicio. “Tenemos que apoyar más que nunca a nuestros hosteleros y productores, darles valor, visibilidad y seguridad. Ellos son el motor de nuestra economía”. Cuchita Lluch es la presidenta de Mediterránea Gastrónoma, el congreso gastronómico en el que se ha presentado la campaña, que también pone el foco en ellos, tan fundamentales.

POR SUS QUESEROS Y QUESERAS ARTESANAS, QUE SON UNA BUENA MUESTRA DE ELLO

Sus queserías, a veces tan silenciadas, estos últimos años están ganando peso en un mapa quesero que sabe al tronchón de Los Corrales (Almedíjar, Castellón), al Cuatro Picos de Hoya de la Iglesia (Los Pedrones, Requena, Valencia) o al añejo de cabra de la Quesería San Antonio (Callosa d´en Sarrià, Alicante).

Mercado Central de Valencia

Y CÓMO NO, POR LA MATERIA PRIMA DE LA DESPENSA VALENCIANA

Una despensa que es mucho más que la naranja o la chufa. Es la gamba roja de Denia, pero también la quisquilla de Santa Pola, las galeras o gambas blancas de Peix de Calp, la trufa de Andilla, la uva de Vinalopó, las clóchinas (aunque parezcan mejillones), los dátiles de Elche, el níspero y el aguacate de Callosa d´en Sarrià, la almendra marcona, el aceite de oliva o las cerezas de la sierra de Alicante.

¡A la rica gamba roja!

POR SUS PRODUCTOS TÍPICOS, COMO EL TURRÓN DE JIJONA

O como el cava de Requena, la deseada horchata, el histórico fondillón, el versátil moscatel, los adictivos pastissets de boniato, sus salazones, las siempre apetecibles cocas o el figatell, que puede que ni te suene pero que allí es parte de su diccionario gastronómico indispensable que ya puedes ir estudiándote.

¿Todavía tienes hueco en la maleta? Antes de irte, llévate ese recuerdo (gastronómico, claro) que siempre te hará volver.

Turrón de Jijona
La Fundación de empresarios valencianos en Madrid, Conexus, recomienda esta noticia de Traveler.es


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