España puede convertirse en una superpotencia en ciberseguridad con una fórmula sencilla: más soberanía tecnológica, una visión estratégica y una apuesta decidida por el talento

España puede convertirse en una superpotencia en ciberseguridad con una fórmula sencilla: más soberanía tecnológica, una visión estratégica y una apuesta decidida por el talento

La industria de la ciberseguridad se ha vuelto imprescindible en este 2020 en el que la pandemia ha obligado a todos los sectores a impulsar su digitalización. Pero todavía afronta desafíos que se deberán ir depurando de cara a 2021 y a próximos años.

Margarita Robles, ministra de Defensa, ya advertía hace apenas un año que la demanda de profesionales de ciberseguridad en España no se iba a poder cubrir en unos años. Es algo que ya está ocurriendo en Estados Unidos, donde las grandes firmas de la industria se han visto obligadas a buscar ese talento en el extranjero.

De momento, el balance de importación exportación de ciberseguridad en España sigue siendo negativo. Grandes multinacionales del país siguen contratando soluciones de ciberseguridad de otras regiones, como Estados Unidos. La tecnología y la inversión de la que disfrutan los grandes players en países como EEUU o Israel no es comparable de momento a la de aquí.

Y sin embargo, todos los expertos consultados por Business Insider España coinciden en que la industria nacional tiene una sólida base por la que lograr dos cosas: que el país sea uno de los más ciberseguros del mundo, como quiere conseguir la directora general del Instituto Nacional de Ciberseguridad; y que el sector sea referente para Europa y para el resto del mundo.

Estos son los principales desafíos, riesgos y oportunidades con los que cuenta, hoy por hoy, y sobre todo de cara a 2021, la industria de la ciberseguridad en España.

Alta capacidad de adaptación a la pandemia

La primera duda es obligada. ¿Fue capaz el sector español de la ciberseguridad de asumir toda la demanda, que incrementó a raíz de la pandemia?

Hervé Lambert es el responsable global de Operaciones para el Consumidor en la española Panda Security, que fue adquirida precisamente este año por la estadounidense WatchGuard. Antes de contestar, recuerda: “2020 ha sido un año realmente diferente. En todos los sentidos”.

“Ha habido dos virus. El COVID-19, que tristemente todos conocemos, y el cíber-COVID, que ha hecho que nuestro nivel de resiliencia aumente”. Lambert incide en la idea de que “todos los paradigmas establecidos cambiaron” y por tanto, las compañías de ciberseguridad tuvieron que adaptarse. Pero lo hicieron “en un contexto súper globalizado”, remarca.

“Ha habido que aumentar los niveles de protección tanto en la red como en el endpoint, y 2021 viene muy parecido”. “¿Estábamos preparados? Es una buena pregunta. Hemos tratado de prepararnos para esto, y creo que hemos estado rápidos”.

Los delitos informáticos ocasionaron en 2019 pérdidas superiores al 1% del PIB mundial, por encima de los 800.000 millones de euros

José Rosell es socio director de S2 Grupo, otra importante compañía de ciberseguridad española. Él considera que el sector sí estaba preparado. Pero a la vez no. “El sector es maduro, pero es cierto que sin pandemia, ya adolece de falta de talento: nos hace falta más. Es algo que pasa en España y en todo el mundo”. “Como haya más incidentes reventamos”.

Rosa Díaz, la directora general del INCIBE, apostilla en una entrevista con Business Insider España que el ecosistema de la ciberseguridad en España “es muy fuerte”, pero reconocía la necesidad de estar “siempre alerta”. “Somos conscientes de que los delitos cibernéticos son cada vez más sofisticados y la ciberdelincuencia ha experimentado un proceso de profesionalización que podría compararse al de estructuras empresariales eficientes y eficaces”.

“La capacidad de adaptación de las empresas españolas es elevada”. Quien habla es Marc Sansó, profesor en el MBA de la Online Business School, además de CEO de Elsebits. Pero hay peros. “Tenemos jugadores de nicho, pero una visión limitada del desarrollo, de hacia dónde va la industria, y una capacidad de ejecución también limitada”, detalla.

Falta talento y tecnología

Getty Images/Laurence Dutton

Rosell, de S2, continúa con la idea de que la demanda de talento puede acabar no cubriéndose. “Necesitamos crecer en ese segmento, las universidades no nos dan lo que necesitamos y en muchos casos somos las empresas los que tenemos que formar a profesionales”. Es el caso de S2, de hecho, que hacen formaciones con licenciados y graduados en carreras técnicas para poder incorporarlos a su plantilla.



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