12 Ago El contenedor plegable ‘made in Valencia’, Navlandis, se prepara para surcar los mares
Miguel Navalón, CEO de Navlandis, lleva desde 2015 inmerso en un proceso para lograr reducir el impacto generado por los contenedores que vuelven vacíos de destino.
Navalón es ingeniero de Caminos y concibió el proyecto de Nevlandis fruto de la crisis en el mundo de la construcción y las obras públicas. Tras estudiar un MBA en 2011 decidió emprender nuevas iniciativas empresariales. “El contenedor plegable surge de una conversación informal en la que una persona comentó la cantidad de contenedores vacíos existentes en el Puerto de Valencia y si era posible hacer algo”, explica.
Tras ver proyectos de I + D y dado que no había ningún mecanismo que le convenciera, decidió diseñar uno propio y ha logrado que actualmente su modelo esté patentado en España y en vías de conseguir la patente internacional. Navalón explica que el proyecto se inició gracias a un programa de Ivace y continuó gestándose en el programa de aceleración de Climate KIC, donde accedieron a las primeras inversiones.
“El transporte marítimo tiene un componente fuerte de emisiones en CO2”, cuenta Navalón. El problema con los contenedores es que un 25% van vacíos y el 50% de su vida lo pasan en tierra esperando a que alguien los llene, lo que ocasiona 20.000 millones de pérdidas al año y 200.000 millones de emisión de CO2. “Al poder poner cinco donde uno, reduce entre cinco los gastos tanto en el transporte como en el almacenamiento y al poder manejarse por paquetes reduces las operaciones de carga y descarga”, apunta. “Estimamos que podemos ahorrar del orden del 30% de las pérdidas de gestión de contenedores vacíos y reducimos el 80% del espacio ocupado en tierra”.
“Nos gusta decir que no vendemos contenedores, sino que vendemos ahorros”, subraya el CEO de Navlandis. Hasta ahora habían aparecido algunas soluciones para atajar el problema como software de optimización de rutas o marketplaces para compartir contenedores, pero ninguna ha conseguido acabar con los desequilibrios a nivel mundial. Navalón, que perfila su producto en una nave en Picanya (Valencia) insiste en que “viendo que no se puede eliminar el transporte vacío, lo que persigue el contenedor plegable es tratar de reducir el coste que supone y ser más eficiente”.
Actualmente Navalón ya tiene un acuerdo con una naviera para empezar a operar con ellos con un primer lote de 15 contenedores. “La presencia que hemos tenido en ferias internacionales ha sido muy positiva, con conversaciones relevantes para poder empezar también a operar con otros agentes del sector a nivel internacional”, señala. La producción de este primer lote se llevará a cabo de manera interna y externa y su intención es crear una flota propia para hacer acciones comerciales de mayor impacto, alcanzando la venta de 300 contenedores en año y medio si cierra su tercera ronda de financiación.
“Queremos fabricar una flota mínima de unos 100 contenedores para poder tener mayor alcance en nuestra base, en nuestras entidades comerciales. Esa perspectiva de flota de fabricación de flota propia para hacer rutas piloto con cada nuevo cliente”, explica. Además, desde Navlandis exploran un modelo de negocio a través del alquiler donde utilicen la sensorización para darle seguimiento y trazabilidad a los contenedores y tener constancia de en qué estado se encuentran.