09 May De residuos del mar Mediterráneo a bañadores y bikinis de diseño
09/05/2022.- Del mar… Al mar. Una joven procedente de Vila-real (Castellón), Naiara Cáliz, está detrás de Gregal EcoDesign, una marca que diseña bañadores elaborados a partir de residuos que se recogen del fondo del mar, con ayuda de pescadores. Cáliz (Vila-real, 1979) explica que «Gregal surgió tras morir mi abuela y, al vaciar su armario, aparecieron las sábanas de su boda, sobre 1940».
Entonces, esta joven empezó a pensar «por qué los tejidos de ahora no duraban tanto», topándose con que «la zona mediterránea era muy rica en algodón, linos… Y que había crecido con el comercia a Asia con la importación de sedas». «La seda es un tejido que, gracias a la indumentaria, permanece, pero para el resto de tejido dependemos de la importación». Además, «lo barato que es fabricar fibra sintéticas hace que otras fibras pasen a segundo plano», destaca Cáliz.
Cáliz, licenciada en Periodismo, ha trabajado toda su vida para ONG y entidades sociales. «Desde el año 2005 me aficioné por el buceo y en 2015 me aficioné a la costura. En todo este tiempo he buscado la manera de combinar ambas pasiones, así surge Gregal EcoDesign: de mi amor por el mar y mi amor por las prendas que habían en el armario de mi abuela».
«Siempre me he preguntado por qué de pequeña la ropa me duraba tanto y me di cuenta de la riqueza de los tejidos mediterráneos y el saber hacer de talleres tradicionales de mi tierra, la Comunitat Valenciana», indica la impulsora de Gregal, que lanzó su primera colección en febrero de 2020
Gregal EcoDesign «es mi legado y mi amor por el mar. Por mi cultura y mis tradiciones. Y mi granito de arena para no seguir desangrando al mar Mediterráneo», afirma la emprendedora.
Todas las prendas de Gregal EcoDesign se crean, confeccionan y distribuyen desde Artana, el pueblo de la abuela de Cáliz. «Está en plena Sierra de Espadán. Desde allí investigo tejidos autóctonos de la cuenca mediterránea y trabajos artesanales que modernizo intercalando técnicas para mejorar la gestión de recursos», señala la empresaria.
Sobre el procedimiento que sigue, Cáliz indica que los tejidos se recogen del fondo del mar con la ayuda de los pescadores. Después, «esa basura se recoge y se tritura, el proceso de creación de hilo es similar al del algodón de azúcar, se va hilando a partir de los trozos triturados». Finalmente, se convierte en tejido que «llega a nuestro taller y lo convertimos en bañadores».
Los objetivos a corto y largo plazo de Gregal, que cuenta con algo más de 1.500 seguidores en Instagram, «es convertirnos en una marca de referencia en la provincia y seguir haciendo la marca grande para poder ayudar más a limpiar el mar Mediterráneo», relata Cáliz.
Para la vila-realense, «no es fácil emprender en general, y además si decides hacerlo en zonas despoblada aún es peor, los servicios son malísimos». «La administración en vez de llenarse la boca con el apoyo, de boca, que dan a los emprendedores de zonas despobladas deberían saber cuales son las necesidades reales de las personas que vivimos ahí porque viven en una irrealidad máxima», defiende esta emprendedora.
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