15 Mar Manuel Broseta prioriza la importancia de fortalecer el eje Madrid-Comunitat Valenciana
El presidente de la Fundación Conexus aboga por el diálogo y la colaboración como fórmula para «una España fuerte» en la que echa en falta «un proyecto conjunto»
El abogado y empresario Manuel Broseta atiende a LAS PROVINCIAS en una semana marcada por la batalla autonómica para la consecución de la primera fábrica de baterías tras conocerse el apoyo del Gobierno central al proyecto catalán y por las críticas del líder de la patronal CEV, Salvador Navarro, hacia Madrid por ir «a la contra» del resto de comunidades. Hijo del catedrático Manuel Broseta (asesinado por ETA en 1992), el próximo mayo cumplirá ocho años al frente de la Fundación Conexus con una idea clara: que la voz de la Comunitat se escuche.
–Conexus ya ha alcanzado los diez años. ¿Qué balance hace? ¿Qué papel ha desempeñado la fundación?
–Siempre somos prudentes y autocríticos en nuestras valoraciones, aunque hacemos un balance de satisfacción. Hemos atravesado tres etapas: una primera de nacimiento, que fue pilotada por Javier Serratosa, ya que en aquel momento era el único valenciano que había en Madrid que podía pilotar esto. Es un empresario de reconocido prestigio y de probada independencia, dos cuestiones necesarias porque había intentos por hacer algo parecido pero ligado a liderazgos políticos. Así, siendo uno de los valores esenciales la independencia y el pluralismo, Javier los encarnaba a la perfección. Y optamos por una fundación sufragada con fondos propios, por empresarios y sociedad civil, y no por la Administración o los políticos.
–¿Qué marcó la segunda etapa?
–Fue la etapa de consolidación. Teníamos la función de darnos a conocer en Madrid, establecer puentes con actores fundamentales de la economía y la sociedad civil madrileña, además de con asociaciones de otras regiones. También darnos a conocer en los pasillos del poder legislativo y ejecutivo. Fue una etapa exitosa aunque quizá no supimos explicar suficientemente en la Comunitat todo lo que hacíamos, quizá nos centramos mucho en Madrid. Por eso en la Comunitat muchos se preguntaban qué hacíamos; en cambio, en Madrid, muchas asociaciones (por ejemplo, andaluces, gallegos o asturianos) nos miran. Y ahora estamos en una tercera etapa.
–¿Habrá un punto de inflexión en esta tercera?
–Hemos definido tres misiones. La primera, seguir haciendo lo que hemos hecho. Ahí están el premio anual Conexus, las actividades culturales, los almuerzos mensuales con personajes de interés… La segunda, identificar dos o tres banderas, es decir, temas en los que la Comunitat tenga algo interesante que aportar no sólo a Madrid sino al resto de España, y ser capaces de trasladar esas cuestiones. Ahí tenemos, por ejemplo, el eje Madrid-Comunitat Valenciana, presentado recientemente; el Comunitat Valenciana 5.0, porque tenemos un ecosistema muy potente de innovación y emprendimiento en las tres provincias; y, aunque está aún en la incubadora, el turismo y la atención sanitaria a la tercera edad, es decir, convertir a la Comunitat en un polo de atracción en este sentido. Por tanto, aportar a España a través de banderas de éxito de la Comunitat.
–Queda un tercer eje de esas misiones que apuntaba para el presente de Conexus.
–Así es. Somos conscientes de que nuestros patronos y gran parte de la sociedad valenciana esperan de Conexus que aporte su grano de arena en ayudar a que la Comunitat sea más influyente, ha de tener más voz en los grandes asuntos de la España de nuestros días. En ese sentido, vamos a mover la iniciativa Parlem con la voluntad de lanzar un diálogo nacional a la valenciana. ¿Qué queremos hacer? Que la sociedad valenciana, a través de Conexus y de los que se quieren sumar, participe en los cuatro o cinco grandes debates que son absolutamente necesarios a nivel nacional y a los que aportemos la manera de dialogar de los valencianos. Entendemos que los valencianos tenemos una manera consensuada de arreglar las diferencias, de buscar acuerdos… Está en nuestra naturaleza. Somos mercaderes, comerciantes, y el comerciante al final tiene que lograr entenderse con sus clientes para que al final ganen los dos. Ese espíritu todavía pervive en nuestra Comunitat, tenemos que preservarlo frente al frentismo, la tensión y la crispación, que únicamente nos llevan a que los grandes temas nacionales no se resuelvan.
–¿En qué cuatro o cinco debates debería tener voz o ser escuchada la Comunitat?
–De momento estamos construyendo consensos. Hemos hablado de esto con algunas instituciones y personalidades y cuando tengamos el método elegido, seleccionaremos los temas. Aún no están decididos. Mire, es más importante ser capaces de trasladar el método que los temas en sí. Nos interesa el método y que se reconozca que los valencianos estamos aportando a España una manera de resolver problemas a largo plazo. En esto nos está ayudando Jordi Sevilla.
–¿Han sentido que iban a contracorriente por aquello de ese rechazo que hay a la centralidad, a Madrid en concreto, y que parece que ha ido en aumento?
–Nosotros somos independientes políticamente y somos plurales. Respetamos todas las posturas. Para nosotros no es una cuestión de centralismo versus federalismo u opciones de este tipo. Para nosotros es una cuestión de peso económico y político real. Entre la Comunitat y Madrid se producen los mayores intercambios económicos de este país y queremos fortalecer ese eje. Cómo se organice políticamente no nos atañe. Pero es verdad que la mayoría de nuestros patronos, por no decir todos, entienden que la Comunitat tiene unas cualidades e identidad propias que son una riqueza pero lo son respetando y complementando la riqueza de sentirse españoles.
–¿Sería ésta una de las banderas que mencionaba anteriormente?
–Aunque probablemente no sea una de las banderas elegidas, esa manera de los valencianos de sentirse valencianos y españoles al mismo tiempo es hoy en día un ejemplo de lo que tenemos que ser capaces de poner en valor. ¿Por qué, con lo que está pasando en este país, no estamos orgullosos de ser una comunidad con esa historia, cultura e identidad propias que casi es la única –junto con alguna otra– que no está planteando eso como una batalla contra España, contra Madrid? Son sentimientos que conviven pacíficamente en nosotros. Conexus es una fundación inclusiva, siempre impulsamos la colaboración y participación de empresas e instituciones valencianas y de otros territorios. Por ejemplo, no proponemos el eje Madrid-Comunidad Valenciana en contra del corredor mediterráneo, no pensamos que el fortalecimiento de esa relación Madrid-Valencia tenga que ir en detrimento de las relaciones con Cataluña. Nosotros queremos que España en su conjunto sea más fuerte y para eso necesitamos que la suma de todos sea una España mucho mejor.
–¿Cómo encaja entonces esa ‘Commonwealth’ mediterránea planteada por Ximo Puig?
–Nosotros apoyamos cualquier iniciativa que mejore la Comunitat y las condiciones de vida de la sociedad valenciana. No vemos competencia. Cuanto mejor funcione la Comunitat en todos los ámbitos, más nos ayudará a que tenga más peso en Madrid.
–¿Echa en falta ese consenso, esa inclusión que destaca, en la política actual? En 2017, en la cena anual de Conexus, usted dijo: «No tenemos una ilusión común como país». Y echaba en falta «consenso y pactos de Estado en todos los asuntos que tiene por delante este país». ¿Lo sigue viendo así?
–Totalmente. En las actuaciones de Conexus y en esa iniciativa Parlem que impulsaremos se refleja eso. Al final, cuando todas las mañanas un país se levanta puede hacer muchas cosas: una es ir cada uno a la suya, estar discutiendo y criticando lo que no tenemos, o levantarse con una ilusión, con un proyecto conjunto, sabedores de que no todo es perfecto pero que tenemos un proyecto conjunto. En ese sentido como país, en este momento y desde hace unos años nos falta ese proyecto.
–¿A qué lo achaca?
–Tiene mucho que ver con nuestra evolución como sociedad. Hemos pasado de la época de la Transición, donde el país tenía ante sí un gran reto y la sociedad y la política fueron capaces de ilusionar al país para conseguirlos, para subir esas escaleras que teníamos delante, a llegar a un confort en el que no planteas nuevas metas, que las hay porque tenemos un marco geoestratégico en el que Europa está quedando debilitada y España todavía más. Por tanto, tendríamos que tener estrategia pero no la tenemos. La gran mayoría de la sociedad española es gente de consenso y, aunque tengamos diferencias puntuales, tenemos que ser capaces de superarlas para luchar por lo común. No dejemos que los extremos nos lleven a la crispación y nos desvíen de los asuntos por resolver. Me preocupa que no tenemos un proyecto como país.
–¿Podrían ejercer de nexo los fondos europeos de reconstrucción?
–Tenemos una enorme oportunidad con los fondos europeos de reconstrucción. Si somos capaces de darnos cuenta y de llevar a la práctica esa posibilidad que tenemos de dar un giro a nuestro modelo económico, industrial y productivo, si lo aprovechamos, puede ser un momento de gran cambio en este país. Y ahí tenemos que apelar –desde Conexus así lo hacemos– a que haya una verdadera unión de todo (o de la mayoría) del arco parlamentario y de la mayoría de la sociedad. Es un momento clave y las grandes crisis permiten redefinir nuestro modelo de país para los próximos años.
–Hemos mencionado varias veces una de sus últimas iniciativas: potenciar el eje Madrid-Valencia y convertirlo en un corredor verde e innovador. Para ello partieron de un informe que analiza las relaciones socioeconómicas entre las dos comunidades. ¿Qué les llevo a plantear esa necesidad?
–Fue un estudio encargado al IVIE para poder evaluar cómo es esa relación desde el punto de vista económico, social, de talento, etc. La sorpresa fue que es una realidad: es el eje más importante de interacción e intercambio social y económico de España. ¿Por qué? En los distintos indicadores seleccionados de forma técnica e independiente, el IVIE ha detectado que es la comunidad que más puntuaciones consigue en los primeros puestos, en todos estamos entre primera o tercera. Por ejemplo, los aportes de capital que no vienen de la misma autonomía en empresas valencianas proceden de Madrid, el primer socio financiero son empresas madrileñas, y a la inversa también sucede. Una vez constatado que ese eje existe, hay que darlo a conocer y potenciarlo y, en segundo lugar, apoyarlo para que siga creciendo.
–La Generalitat sumó su apoyo. ¿Han logrado otras adhesiones?
–Así es. Tenemos la colaboración del Gobierno valenciano, que le ha gustado el proyecto porque es de interés para la Comunitat, pero también instituciones clave como las cinco Cámaras de Comercio, la CEV o AVE que, a su vez, lo han puesto en manos de empresarios para que nos aporten ideas. También hemos tenido reuniones con el Ministerio de Transportes y el siguiente paso será presentárselo al ministro José Luis Ábalos. Y a partir de ahí ponerse a trabajar. El otro día el presidente del Gobierno anunció el primer PERTE de España para el vehículo eléctrico, pues nos gustaría que éste fuera el segundo, el eje Madrid-Comunitat Valenciana.
–Al hilo de ese PERTE y de lo hablado sobre que Valencia tenga mayor peso en el ámbito nacional, ¿cómo valora la batalla autonómica por la fábrica de baterías eléctrica?
–Apoyaremos cualquier proyecto que tenga que ver con el fortalecimiento de la Comunitat dentro de España. Nosotros somos inclusivos, no nos gusta luchar contra nada, sino a favor de. Es un proyecto que ayudaría mucho a este eje porque encaja con la línea que marca la Unión Europea y tiene los apellidos de verde, sostenible y digital.
–Desde la perspectiva que da el tiempo, esa década de trayectoria de Conexus, ¿cómo se contempla la evolución de Valencia desde Madrid?
–Cuando empezamos hace diez años, la imagen de la Comunitat en Madrid era muy mala. Veníamos de una época buenísima pero en ese momento era muy mala (no voy a entrar en las razones de por qué). Uno de nuestros retos en ese momento ya no era tener influencia en Madrid, sino tratar de demostrar que en Valencia se hacían cosas serias y homologables al resto de España. Esa época pasó y ahora hay muchas cosas que se hacen muy bien en la Comunitat y volvemos a oír lo de «¡Qué bien hacéis esto!». El problema de imagen ha desaparecido. Bien es cierto que somos autocríticos y creo que la Comunitat tiene unos mimbres y un tejido empresarial, social y cultural que tendríamos que ser capaces, unidos todos, unida la sociedad en torno a un proyecto conjunto, tendríamos que ser capaces de ponernos en valor.
–En el contexto actual, con su trayectoria y con un apellido que es referente, y respetado, en la sociedad valenciana, ¿ha pensado dar el salto a la política?
–(ríe) No sé por qué me esperaba esta pregunta… No, no. No está en mi camino ni en mi pensamiento.