10 Feb Camino a los Goya 2023: ¿qué posibilidades tiene el cine de la Comunitat?
La suerte está echada y los votos emitidos. Restan horas para la gala de Los Goya 2023, que se celebra este sábado en Sevilla. Este año la decisión en muchas categorías está reñidísima con una colección de filmes que han conseguido tener presencia en todos los grandes festivales de la temporada.
Con todo esto, las nominaciones valencianas se sufren aún más. Las razones: la falta de un lobby en la Academia de Cine o un sector que progresa pero que aún le cuesta competir con otros cines más asentados. En todo caso, este año un largometraje valenciano brilla de manera especial: es El Agua, que ya obtuvo grandes críticas en la Quincena de Realizadores de Cannes y, aunque de manera discreta, ha conseguido llegar hasta la terna final en dos categorías.
Ayer hubo un encuentro con la mayoría de nominados en el Edificio Rialto con la consellera de Cultura, Raquel Tamarit, que expresó: ““Las nominaciones con sello valenciano nos afianzan el camino para fortalecer nuestro sector audiovisual, con el que trabajamos para cohesionarnos como equipo, porque queremos tener voz y que sea una voz importante allá donde vayamos”. Culturplaza analiza, a partir de las quinielas, qué posibilidades hay de que alguna o algún cineasta valenciano vuelva el fin de semana con un cabezón en la maleta.
María Zamora por Alcarràs a Mejor película
La gran incógnita de la noche, sin duda alguna. Alcarràs se estrenó con la práctica unanimidad de que sería la película del año, más aún con el aval del Oso de Oro de Berlín. Carla Simón superó cualquier expectativa, a pesar de haber dejado el listón bien alto en Estiu, 1993. De esto ya hace meses, y desde entonces se han estrenado un puñado de otras buenas películas que podrían hacerle sombra. El foco está puesto en As bestas, como opción que une crítica y gran público. También en Cinco lobitos, aunque también se ha desinflado un poco esta opción desde el consenso que despertó en su estreno en plataformas.
Con todo esto, María Zamora y su equipo tiene motivos más que suficientes para la esperanza. La Academia eligió Alcarràs para representar España en los Óscar y no ha habido título patrio que haya llegado tan lejos en estrenos internacionales.
Elena López Riera por El Agua a Mejor dirección novel
El agua ha sido un torrente para el cine valenciano de este año. El empujón definitivo que ha puesto en la pomada a muchos y muchas cineastas de la Comunitat. Orihuela ha encantado ha crítica aunque ha sido menos accesible al público. Con todo esto, la cinta de Elena López Riera, que es el mejor reflejo en el que se podría mirar nuestro audiovisual, se ha visto ensombrecido por el resto de títulos de este año.
Ya dentro de la categoría, Alauda Ruiz de Azúa es la gran favorita para ganar este premio gracias a Cinco lobitos. También Carlota Pereda por Cerdita. Menos opciones tendrían Juan Diego Botto por En los márgenes o Mikel Gurrea por Suro. López Riera, que sí ha estado muy presente en la campaña de segunda ronda de votaciones no lo tiene imposible, pero la categoría se ha vuelto feroz este año.
Susi Sánchez por Cinco lobitos a Mejor actriz de reparto
Cada papel que aborda Susi Sánchez acaba siendo “su gran papel”, y ya es difícil contar los años que lleva en gracia. La alicantina se ha convertido en una de las grandes embajadoras en el mundo del cine, y con Cinco lobitos, otra vez, lo demuestra. Ganó el premio Feroz a Mejor actriz de reparto y tiene muchas papeletas para repetir hito en los Goya por interpretar a una madre tan compleja. Comparte categoría con la todopoderosa Penélope Cruz por En los márgenes, pero parece haber cierta unanimidad en que el premio será de Sánchez o de Ángela Cervantes por la excelente La maternal (y más aún sabiendo que su protagonista, Carla Quílez, no se podía presentar a ninguna candidatura).
Luna Pamies por El Agua a Mejor actriz novel
Elena López Riera y Luna Pamies se conocieron en un botellón de Orihuela, y desde entonces, cuánto ha llovido allí. La protagonista de El Agua defiene como nadie la película y se sumerge en ella. Su interpretación bien le vale el cabezón, aunque Laura Galán, por Cerdita, acapara las quinielas.
Otra vez, una candidatura que bien podría acabar en tablas: no sería una sorpresa que Zoe Stein por Mantícora o Valeria Sorolla por La consagración de la primavera se hicieran con el Goya. Sí lo sería Anna Otín, la madre de Alcarràs, que ha sido toda una novedad en estas nominaciones.
Cristina Rodríguez por Malnazidos a Mejor vestuario
En las categorías técnicas en general y en Mejor vestuario en particular impera una incertidumbre que es difícil resolver en las quinielas. Roger Bastida hacía, hace unos días, un análisis pormenorizado de las nominaciones en Kinótico y subrayaba que, habitualmente, los Goya se decantan por premiar películas históricas. Malnazidos compite con Irati, Modelo 77, Los renglones torcidos de Dios, con la apuesta radical de La Piedad y con la invisible elegancia de As bestas.
Por un lado, el currículum intachable de Cristina Rodríguez y una apuesta por adaptar el vestuario al espíritu macarra del film. Por otro, la poca proyección de la película en otras categorías y las fortalezas intachables de sus compañeras.
Saray Rodríguez por La Piedad a Mejor maquillaje y peluquería
Precisamente por eso, puede soñar La Piedad con ganar algún premio técnico, que podría recaer en el equipo al que pertenece la valenciana Saray Rodríguez. Como explicaba anteriormente, La Piedad es la apuesta kistch radical de Eduardo Casanova que un equipo excelente ha sabido trasladar a la pantalla. Otra vez, esta es una categoría en la que, por la propia dinámica de votaciones, confabular guarda un margen demasiado ancho con la realidad.
Carlos Guerrero por La Entrega a Mejor cortometraje de ficción
En las categorías de cortometrajes, la competición no deja de ser de primer nivel. Si el año del largometraje español ha sido excelente, en el cortometraje no ha sido diferente. En este contexto, Carlos Guerrero opta a la estatuilla por La Entrega, pero se las va a tener que ver con dos apuestas muy potentes: Arquitectura Emocional 1959, de León Siminiani, y sobre todo con Cuerdas, de Estibaliz Urresola Solaguren, que en breves presenta su ópera prima, 20.000 especies de abejas, en la sección oficial de la Berlinale y puede ser la primera revelación de la temporada.
Adán Aliaga por La gàbia a Mejor cortometraje documental
Más fácil lo tiene Adán Aliaga, que ya estuvo nominado en la misma categoría por The Fourth Kingdom en 2017. No hay competidores especialmente mediáticos, y La gàbia se puede defender sola. Pero otra vez, estas categorías se deciden por muy pocos votos porque los académicos y académicas prestan menos atención a estas candidaturas.