24 Mar ¿Qué pasa con la fusión de Caixabank y Bankia? Así se encuentra el proceso
A falta de una semana y media para que acabe marzo, fuentes cercanas a la operación, consultadas por Europa Press, justifican el alargamiento del proceso en que se trata de una transacción muy grande.
El pasado martes, 23 de marzo, estuvo marcado en rojo en el calendario de Bankia. Y es que la entidad capitaneada por Gorigolzarri celebró la que sería su última junta general ordinaria en solitario, antes de completar la fusión con Caixabank que anunciaron al inicio del pasado mes de septiembre.
Lo cierto es que estaba previsto que la fusión jurídica se hiciera efectiva antes del cierre del primer trimestre de 2021. A falta de una semana y media para que acabe marzo, fuentes cercanas a la operación, consultadas por Europa Press, justifican el alargamiento del proceso en que se trata de una transacción muy grande que quiere del análisis de una gran cantidad de documentos.
Descartan por tanto que el proceso se encuentre bloqueado y mantienen su compromiso de cerrar la operación de integración en el primer trimestre del año. Tanto es así que dan por hecho que recibirán la autorización pertinente en los próximos días.
Así las cosas, la junta ordinaria de Bankia por el momento está previsto que se celebre este próximo martes, 23 de marzo -condicionada en todo caso a que se reciba la autorización de la CNMC antes- para que los accionistas de Bankia den el visto bueno a las cuentas anuales y al informe de gestión de la entidad y de su grupo consolidado correspondientes a 2020, así como a la aplicación del resultado del ejercicio.
La junta de accionistas de también votará la reelección de José Ignacio Goirigozarri como consejero ejecutivo de la entidad por un plazo de cuatro años y se propondrá la reelección durante el mismo plazo de Antonio Ortega como consejero ejecutivo y de Jorge Cosmen, José Luis Feito, Fernando Fernández y Laura González como consejeros independientes.
Cómo afectará a los clientes
Por lo general, y antes de nada, los bancos resultantes de las fusiones siempre acostumbran a homogeneizar las condiciones de sus productos, así como sus tarifas, y esto además no se trata de un proceso inmediato, por lo que podríamos estar hablando ya de 2022.
Los bancos pueden cambiar unilateralmente las condiciones de las cuentas y de las tarjetas. Es probable que al principio sean las mismas pero que tras un plazo de tiempo prudencial, la entidad unifique dichas condiciones. En cualquier caso, están obligadas a informar a los clientes con antelación. Otro de los cambios probables es que los clientes de Bankia -entidad absorbida- vean modificado su código IBAN, aunque es un trámite que no les debería generar ningún perjuicio ya que la entidad es quien redireccionaría las domiciliaciones hacia el nuevo.
En el caso de las hipotecas o préstamos, estos no se verían afectados ya que hablamos de contratos con una duración definida, por lo que no podrían modificarse de forma unilateral. No obstante, las condiciones particulares de los productos vinculados sí podrían verse alteradas si no aparecen fijadas en las escrituras. Por ejemplo, las primas de los seguros podrían ser diferentes tras la renovación, se podrían incluir nuevas comisiones en tarjetas, etc.
Por último, en el caso de los productos de inversión, es probable que los clientes se vean obligados a traspasar sus fondos a los productos comercializados por el nuevo banco, ya que no todas las entidades bancarias comercializan los mismos fondos de inversión ni planes de pensiones. Este traspaso puede obligar al cliente a tener que asumir las comisiones de la otra entidad. A efectos fiscales, este cambio no supondría ninguna alteración para el cliente.
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