05 Jun Valencia: La revolución de los vinos que ‘mece’ el Mediterráneo
Valencia es ya una referencia obligada en el mundo del vino. Los productos de esta Denominación de Origen han ido acrecentando su calidad y una enorme expansión, al mismo ritmo que lo hacía Valencia como marca en el panorama internacional.
Han sido dos caminos en paralelo, pero que recorren el mundo llevando la bandera de Valencia hasta los más recónditos rincones. En el caso del vino, la Denominación de Origen Valencia lleva décadas realizando un trabajo silencioso pero tremendamente efectivo, que le ha servido para ser hoy referencia obligada de vinos de calidad con carácter mediterráneo.
Un territorio en el que la cultura vitivinícola es ancestral, encontrando sus raíces en los fenicios, quienes introdujeron las primeras cepas de vino en nuestro territorio. A lo largo de los siglos, la actividad vitivinícola ha venido incrementando y consolidando su implantación en nuestra provincia de manera continuada, consolidando extraordinariamente la comercialización de los vinos durante estos últimos años.
Geográficamente ocupa un territorio muy extenso, con climas muy diferentes, lo que da como resultado una enorme variedad de vinos. Lo que para otras zonas productoras podría entenderse como una debilidad, para la Denominación de Origen Valencia ha resultado ser una enorme fortaleza, pues cada una de sus cuatro subzonas tiene alma y vida propia, contando con climas excepcionales para el cultivo de la vid, de tradición ancestral en cada una de ellas. Esa riqueza, diversidad y microclimas dan como resultado vinos de la mejor calidad, con un notable peso de las variedades autóctonas, pero con perfiles tremendamente diferentes según la subzona.
No en vano presentan una orografía muy variada, pero el hecho de que Valencia esté abierta al mar necesariamente tiene una influencia en el clima y hace que los vinos sean diferentes y tengan una personalidad distintiva.
El Clariano… Y la crítica mundial se rindió
Empezamos viajando al sur de la provincia de Valencia, concretamente a las comarcas de La Vall d’Albaida y La Costera. Nos adentramos en la primera de ellas para distinguir claramente dos zonas bien diferenciadas. En la más cercana a las aguas del Mediterráneo, cuya influencia lo marca todo en esta Denominación de Origen, encontramos un ‘mar’ de variedades blancas, mientras entre las tintas la Tintorera es la reina, con un perfil diferente al de otras zonas de producción en España.
La otra zona es el triángulo mágico que conforman las localidades de Fontanars dels Alforins, La Font de la Figuera y Moixent, que concentra una enorme calidad vitivinícola. No en vano, sus bodegas han conquistado de manera excepcional a la más exigente crítica especializada a nivel mundial. Es una zona en la que destaca además el compromiso que muestran los viticultores con los pueblos, con sus gentes, como una fuente para generar empleo y dinamizar el territorio.
Alto Turia.. La altitud, garantía de calidad
Es la zona más al norte de la DOP Valencia. Son tierras de altas cumbres, inviernos rigurosos y veranos secos. La viña crece allí pues en condiciones extremas a una altitud entre los 700 y los 1.100 metros sobre el nivel del mar. Es una zona de enorme tradición en variedades blancas, siendo la Merseguera y la Macabeo las reinas del baile. Pero no sería justo quedarnos en ellas, pues el Alto Turia vive una ‘segunda juventud’ con la llegada de nuevos proyectos que han reactivado con enorme fuerza una zona en la que se practica una viticultura de montaña, cuyas condiciones geográficas y climáticas dan como resultado vinos de enorme personalidad, vinos de altura que son fruto de esas condiciones. Además esta subzona cuenta desde hace unos meses con el atractivo añadido del Alto Turia, Reserva de la Biosfera.
Valentino… De la Serranía al Río Túria
La subzona se encuentra situada en la parte central de la provincia de Valencia, el territorio que comprende las comarcas de la Hoya de Buñol, el Camp de Túria y Los Serranos que oscilan entre los 200 y los 650 metros de altitud. Es una zona de enorme arraigo y tradición en el cultivo de la vid. Se trata de un territorio con una paleta amplia de variedades. Así podemos encontrar Merseguera, Macabeo o Malvasía entre las blancas más habituales, o algunas de cuño más moderno como Semillón o Chardonnay. Entre las variedades tintas destacan Tintorera, Tempranillo y Cabernet Sauvignon. Se trata de una de las zonas que mejor reflejan esa diversidad que comentábamos.
Moscatel… el trago más dulce
Si miramos el mapa de la provincia de Valencia, encontramos la subzona Moscatel de Valencia justo en el centro, solapada con la subzona Valentino. Su producción corresponde a la zona limitada por los municipios de Chiva, Cheste, Godelleta, Montroy, Monserrat, Real de Montroy y Turís. Es claramente el reino de la autóctona Moscatel. De clima cálido y soleado, influenciado por la brisa del mar Mediterráneo, otra vez sí, que permite obtener de la variedad Moscatel Romano o de Alejandría el vino más representativo de la historia de la Denominación de Origen Valencia, la mistela de Moscatel o Vino de Licor Moscatel. Se trata de productos de enorme tradición, pero a los que en las últimas dos décadas se han ido sumandos espectaculares blancos secos, vinos espumosos y vinos más ligeros, demostrando el enorme potencial de una variedad que es más feliz mirando al Mediterráneo. Hablar de Moscatel es hablar de dulzura… pero también de enormes aromas y matices en boca. Vinos que te transportan rápidamente a la orilla de mar.
Pues así de completa se presenta la gama ‘cromática’ que es capaz de ofrecer la Denominación de Origen Valencia. Una paleta variada en base a las cuatro subzonas, que ofrecen singularidad y personalidad como fiel reflejo de cada uno de los territorios que representan.
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